top of page

La manera de producir, suministrar y consumir alimentos tiene que cambiar

En las últimas décadas hemos cambiado drásticamente nuestras dietas y hábitos alimenticios como resultado de la globalización, la urbanización y el aumento de los ingresos. Hemos pasado de platos de temporada elaborados principalmente a base de plantas y ricos en fibra, a dietas hipercalóricas que tienen un alto contenido de almidones refinados, azúcar, grasas, sal, alimentos elaborados y, que con frecuencia, están marcadas por el consumo excesivo de carne. Las personas dedican menos tiempo a preparar comidas en casa y los consumidores, sobre todo en las zonas urbanas, dependen cada vez más de supermercados, establecimientos de comida rápida, vendedores de alimentos en la vía pública y restaurantes de comida para llevar.

 

¿Qué tiene que cambiar?

Nuestra manera de producir, suministrar y consumir alimentos. Desde la granja hasta el plato, en la actualidad nuestros sistemas alimentarios favorecen la producción de cultivos básicos de rendimiento elevado. Además del efecto en nuestras dietas, la producción de alimentos intensificada combinada con el cambio climático, está causando una pérdida rápida de biodiversidad. Hoy en día sólo 9 especies de plantas representan el 66% de la producción total de cultivos, a pesar del hecho de que a lo largo de la historia, se han cultivado más de 6 000 especies para obtener alimentos. En la actualidad contamos solamente con 3 cultivos (trigo, maíz y arroz) para proporcionar casi el 50% del suministro de energía alimentaria mundial. Es fundamental una variedad diversa de alimentos para proporcionar una alimentación sana y salvaguardar el medio ambiente.

 

¿Qué podemos hacer todos nosotros?

Como consumidores y miembros de hogares podemos tomar decisiones personales para mejorar la nutrición familiar.

  • Aumentar nuestra ingesta de frutas, verduras, legumbres, nueces y granos integrales.

  • Limitar el consumo de alimentos que requieren un uso excesivo de los recursos naturales, como el agua, para ser producidos.

  • Consumir menos alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares refinados, grasas saturadas o sal.

  • Tener en cuenta el impacto ambiental de los alimentos que comemos.

  • Reducir o eliminar el consumo de alimentos industrializados y precocinados para favorecer alimentos más diversos y tradicionales, en un esfuerzo por apoyar la biodiversidad local.

  • Aprender o revisar las enseñanzas sobre alimentos locales y de temporada, sus valores nutricionales, y cómo cocinarlos y conservarlos.

 

Fuente:

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO 2019)

47 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page