Proyecto de ley contra la ob*sidad: ¿Salud o negocio?
- Lic. Florencia Guma

- 9 sept
- 2 Min. de lectura
En los últimos meses, se presentó en el Senado argentino el proyecto de ley S-2222/2024 para el tratamiento de la obesidad, difundido en medios como la "solución mágica" a un problema complejo. Pero al analizarlo en profundidad, vemos que esta propuesta no busca mejorar la salud pública, sino abrir la puerta a un mercado millonario de medicamentos, cirugías y tratamientos que siguen lucrando con nuestros cuerpos.
En este artículo quiero compartirte los puntos más críticos de esta iniciativa y por qué considero que no necesitamos una nueva ley como esta.
1. La patologización de los cuerpos gordos
El proyecto parte de una premisa peligrosa: considerar a los cuerpos gordos como enfermos, es decir, patologizarlos simplemente por su tamaño y diversidad corporal.
Para diagnosticar la "obesidad", propone el uso del Índice de Masa Corporal (IMC), una herramienta cuestionada por la ciencia actual, ya que:
No diagnostica enfermedades.
No contempla la edad, la genética, los hábitos, la salud mental o el entorno social.
Reduce la salud a un número en una fórmula matemática.
La salud no depende del peso ni del IMC. Asumir lo contrario es perpetuar el estigma de peso.
2. Ciencia, consensos y contradicciones
Es cierto que algunas organizaciones internacionales como la OMS y la Asociación Médica Americana clasifican la obesidad como una enfermedad. Pero al mismo tiempo, muchos investigadores y profesionales sostienen que es más bien un factor de riesgo, un síntoma de un entorno poco saludable, más que una patología en sí misma.
No hay consenso científico global. Lo que sí sabemos es que reducir la salud al tamaño corporal es un error.
3. Cultura de dietas y daño en la salud mental
El proyecto refuerza la idea de que bajar de peso es el principal objetivo de la salud, fomentando la cultura de dietas. Esto tiene consecuencias graves, sobre todo en niñas, niños y adolescentes:
Incrementa el riesgo de trastornos de la conducta alimentaria (TCA).
Promueve la insatisfacción corporal y el estigma.
Desplaza la mirada de la salud integral hacia un ideal de delgadez.
4. Ya tenemos normativas que promueven la salud
Este proyecto también es redundante, porque ya existen leyes y programas en Argentina que abordan la promoción de la salud y la prevención de enfermedades crónicas. En lugar de crear leyes que patologizan y medicalizan, deberíamos fortalecer la implementación de estas normativas.
5. Conflictos de interés: ¿quién gana con esta ley?
Uno de los puntos más alarmantes es que el proyecto promueve explícitamente tratamientos farmacológicos y quirúrgicos: pastillas, inyecciones, cirugías.
Esto beneficia directamente a la industria farmacéutica y a la cultura de dietas, que lucran ofreciendo soluciones rápidas, costosas y muchas veces ineficaces. La salud pública queda relegada frente a los intereses económicos.


¿Necesitamos esta ley?
🎥 Mirá el análisis completo en YouTube
En mi canal de YouTube desarrollé un análisis más detallado sobre este proyecto y sus riesgos. Podés verlo completo acá:
👉 Si te interesa la salud desde un enfoque inclusivo y sin estigmas, este contenido es para vos.
Si queres leer el proyecto:
Gracias por estar, compartir y comentar
Un beso, Flor





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